martes, 25 de diciembre de 2018

Llegas y lo llenas todo.
De la forma más natural de todas, de la manera más simple y primitiva que existe.
Nos encerramos dentro de todo lo que somos, y creamos un nuevo olor que mezcla mis ganas con tus labios, mis labios con tus poros.
Y somos tormenta, de arena o solar, pero perfecta.

Llegas y te quedas.
Siendo eso lo único que necesito. Estar. Ser. En cualquier ascensor, debajo de cualquier sábana, rodeados de nuestra propia música.
Somos acordes en séptima.

Llegas y sobra todo. La ropa, el calor, las risas, las miradas. Me sobra espacio y me falta tiempo. Me faltan palabras y me sobran besos. Somos esa despedida de madrugada. Me sobran despedidas. Porque a veces te vas, y te llevas todo. 

Te vas, y me pongo tu ropa, respiro hondo y por un momento vuelves a estar conmigo.
Te vas y solo quiero que el tiempo pase y termine mi tormenta.
Te vas y me doy cuenta de lo aburrido que es todo.
Te vas y te has ido, y no queda nada.
Y empiezo a buscarte en las esquinas,
en la yema de mis dedos,
en las fotografías en blanco y negro
hasta que vuelves...
Vuelves y me miras. Y el aire vuelve a ser respirable. Vuelves y lo llenas todo. 
Vuelves y lo somos todo. 


Llegas y lo llenas todo. De la forma más natural de todas, de la manera más simple y primitiva que existe. Nos encerramos dentro de todo l...