domingo, 30 de mayo de 2010

Intoxicación

Como una intoxicación, está acabando con mi aliento, le veo ahora a cada paso, está en cada esquina, esperando.
Un momento insinuante, frustrante. Mi imaginación, feroz y fuera de control. Un enamoramiento de un niño indefenso.
No distingo la oscuridad de la luz, ni mi mano derecha de mi izquierda,
¿Acaso mi vida empieza con ella?
¿Acaso mi vida empieza esta noche?
Como una sirena me ahoga en su canción. Ella canta, canta... Y el rugido de las olas con la marea, me ahoga, me ahoga...
Como una alucinación, camino loco y obsesionado. Como una fascinación, que no me deja descansar. Ella apretó sus labios contra los mios, intoxicandome.

La muñeca de porcelana


Alguien giró la llave. La muñeca de porcelana se ata las puntas y se incorpora de puntillas. Pálida y rosada, delicada, va haciendo piruetas con la música. Todo lo que ella puede ver, a la vez que su cabeza pintada da vueltas, es un círculo sin principio, un carrusel infinito, una rotonda a ninguna parte.
Ella nunca sabrá si es feliz o tiene el corazón roto, da vueltas y vueltas, pero siempre vuelve al lugar en el que comenzó.
Ella bailará para ti, a cualquier hora que tú elijas, en cualquier lugar, tampoco tiene opcion. Está ahi para divertirte, da vueltas y vueltas y hará lo que tu le digas, no puede escapar, no puede negarse.
Sigue insistente con su baile, pero a cada movimiento se va fatigando, cada vez más, hasta que cierran su caja.
Pero gira otra vez la ruleta del azar, ¿No hay nadie alli para salvarle? ¿Nadie puede verle llorar?

Alquien hace girar la llave, y la muñeca de porcelana.. debe bailar de nuevo.

sábado, 29 de mayo de 2010

Nunca se sabe

No me pidas que deje de enamorarme a primera vista. Porque no haré caso. No, hasta que aparezca esa persona, hasta que aparezca una sonrisa en medio de la gente y sepa en ese momento que es él. Ese instante en el que su mirada buscará la mía, y yo,una escusa para hablarle, tal vez preguntarle la hora, aún no lo se. Pero se que será especial, que parecerá que nada más existe, que todo lo que hemos vivido antes se desvanece, y solo pensaremos en nosotros. Puede que ocurra en el super,en el metro, en una tienda de música, un aeropuerto, un concierto... Por eso nunca dejaré de fijarme en cada mirada que vea por la calle, ni de sonreír a todo el que me cruze. Porque, al fin y al cabo, nunca se sabe quien estará a la vuelta de la esquina para chocarse contigo, o preguntarte la hora.

viernes, 28 de mayo de 2010

Cartas de viaje

No me olvides, porque siempre estaré ahí.
No me olvides cuando cruces la línea entre lo real y lo imaginario, ni cuando decidas volver.
No olvides mi paraguas en los días de tormenta, ni mi chaqueta en las noches de verano. Cuando llegues a casa, rendido y enfadado, acuerdate de la aspirina en el armario del baño, la de la izquierda. No te olvides de llevar siempre las gafas de leer, echate todos los días esa colonia, si esa. Y cada vez que oigas aquella canción cantala en voz alta, sabes que me encanta. Comprate calcetines de colores, y no uses nunca el mismo color para cada pie. No te olvides de empezar el libro que dejé en la estantería de la cocina. Y acuerdate de ir tachando los días en el calendario, porque cuando menos te lo esperes estaré allí otra vez, para recordarte todas estas cosas, y recordarte también aquella película, en la que somos los protagonistas, una de mis preferidas.
Un beso, bicho.

Un sueño, un recuerdo

Mis manos acariciaban la hierba, sentía la humedad de la tierra en mi piel, las cosquillas del viento en mi cara, y como mi pelo se iba enredando. Por un momento dejé la mente en blanco, y me deje llevar por el agradable olor de su colonia. Estaba a mi lado, no me había dado cuenta de que tenia su mano sobre la mía. Él también parecía estar ausente, perdido e inmerso en un mundo paralelo al nuestro.
Rompí el silencio con un suspiro, me miró. Me miró como nunca antes lo había hecho, como ni yo misma habría imaginado. Una mirada distinta a todas las anteriores, llena de ternura y de tranquilidad. En ese momento desperté, eran exactamente las 5:38 de la mañana, yo me encontraba en un mar de sábanas. Por un momento creí haber tenido el mejor sueño de mi vida. Pero estaba equivocada, cuando me giré para intentar seguir durmiendo y continuar con ese hermoso sueño le vi. Dormía, tan perfecto como siempre, como ausente. Quizás el también estaba soñando con algo, o quizás, al igual que yo, estaba reviviendo un recuerdo.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Una habitación...

Una habitación, mil historias. Una cama sin hacer durante casi dos semanas. Sea quien sea el huésped se puede intuir que no ha dormido mucho, y no ha salido para nada. Latas y botellas de Coca-Cola por todo el suelo y amontonadas en una papelera, vasos de plástico con la espuma aún del café no terminado. Un cenicero sin oficio, pues las colillas y la ceniza inundaban cada rincón del siniestro dormitorio, pegándose a tus calcetines y creando una alfombra gris mugrienta. Sin embargo los armarios y cajones estaban intactos, la ropa seguía planchada, cosa rara. Las estanterías ordenadas y los zapatos colocados.
Había una perfecta razón para este caos. Un hombre.
Un hombre frustrado, obsesionado. Un hombre distinto a todos los demás. Sin complejos ni prejuicios, con corazón y cerebro. Alguien escondido de la sociedad por miedo al contagio y refugiado en su propio mundo. Solo él y su eterno compañero, el único que le entiende, que le ayuda, que le espera y le consuela. El único que le hace sentirse bien, sentir placer, sentir que ahí fuera hay algo más que tierra y cielo. En el único en el que confía y al único al que escucha.
Y es que, al fin y al cabo, él es solamente es un hombre sentado frente a un piano intentando contar una historia, su historia.

martes, 25 de mayo de 2010

Desde aqui



Desde aquí, desde donde se puede ver toda la ciudad. Aquí, donde nadie escucha a nadie. Desde una nube o desde un submarino. Donde todo es luz y pocas veces sombra. Donde encuentras tus recuerdos, y pierdes tus miedos. Desde el planeta que está a tres manzanas.
Desde aquí, donde se crean los sueños. Donde puedes ser un niño otra vez, un aviador, un elefante o una rosa. Donde empieza y termina tu infinito, aquí estoy. Donde todo es de nadie, y donde nadie lo es todo.

Llegas y lo llenas todo. De la forma más natural de todas, de la manera más simple y primitiva que existe. Nos encerramos dentro de todo l...