jueves, 10 de octubre de 2013

Los excesos nos hacen sentir vivos


Escribir hasta que te duele la muñeca, dibujar hasta tener grabado el sonido del lápiz arañando el papel, escuchar música hasta interiorizar la melodía y hacerla parte de ti, leer hasta que se cierran los ojos queriendo introducirse en la historia, dormir hasta perder la noción del tiempo, bailar hasta que te tiemblen las piernas, enamorarse tanto y tan fuerte que todo el mundo pueda escuchar las mariposas dando vueltas en tu estómago. Dormir hasta soñar sólo contigo. Besar hasta sentir que ya no eres tú quien mueve tus labios y que son estos los que te manejan a ti, abrazar hasta expulsar todo el aire de tus pulmones, cantar hasta rasgar la voz, reír hasta que duelan las mejillas.


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