lunes, 18 de abril de 2011

Nadie me volvió a besar

Aquel beso. El último, que sentenció la despedida, fue como borrar de la memoria todos los demás. Desde ese momento empecé a echarte de menos, de esa manera especial mía. Ahora me moja la lluvia cuando llevo paraguas tampoco mi vetusta manta calienta mis pies como antes. Camino perdida, paseando las yemas de mis dedos por las rugosidades de la pared, también te extrañan. Desde que te fuiste nadie se levanta temprano para hacer café y nadie dibuja sonrisas de madrugada en el cristal del baño. Desde que te fuiste no duermo, me entretengo recordándote, hasta que la luz naranja del amanecer inunda nuestra habitación. Y, aunque lo intento, no dejo de echarte de menos, de esa manera especial mía.





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